Vicente Cornelles
Seis veces. Sólo seis citó a Castellón el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón en las casi cinco horas que duró su segundo Debate de Política General en Les Corts Valencianes. Siempre los últimos. La marginación y el abandono constante de Castellón por parte de los poderes públicos. Mazón habló de proyectos "en marcha" para la provincia. Los mismos que repite habitualmente: el nuevo Hospital General, que sustituirá al actual vejestorio donde los enfermos llevan los ventiladores de sus casas; el Tram de la Plana (sic) y el centro de mayores de la calle Onda, entre otros items que Mazón no se cansa de repetir. Pero "de forment ni un gra', como diría un castizo de la tierra.
Más del doble de veces que Castellón, Valencia, Elx y Alicante fueron nombrados por Mazón con megaproyectos y fuegos de artificio. Pero, es que llevamos lacrado el sello de la marginación del Consell desde hace más de 30 años (excepción hecha de algunos proyectos y dedicación de Lerma y Ximo Puig). Castellón es el pobre Lázaro que recoge las migajas del rico Epulón-Mazón (me ha salido un pareado). Pero, la culpa es de nuestros representantes políticos de todos los partidos, aburguesados en sus escaños que les impide trabajar y hacer cosas para sus representados. No luchan por la calidad de vida ciudadana en Castellón. Y empezando, además, por el equipo municipal de gobierno PP-Vox que no saben reclamar al 'cap i casal' lo que por derecho le corresponde a Castellón.
Con lo fácil que es descolgar un teléfono y hablar con el conseller de turno. Exigir y reivindicar. Hartarse de solicitar lo que por justicia debe tener Castellón. Tenemos que ser críticos con nuestros diputados autonómicos, nacionales y nuestros senadores. No toleremos que la única aportación que hagan sea lucir palmito. Hay que eliminar del diccionario castellonense de las palabras marginación, abandono y/u olvido. Tenemos que saber defender lo que nos pertenece. Hasta ahora el balance es bastante negativo. No sé ha sabido ni podido dar a Castellón las infraestructuras y dotaciones que se merece. De lo contrario seremos carne de olvido.